Es difícil llegar a comprender en un punto de tu vida, que quizás uno mismo es el que simplemente siempre hace mucho más complicado todo, sin poder llegar a una salida.
Y simplemente sin tener más ganas de seguir luchando, uno mismo se termina dando por vencido, sin saber apreciar al final de todo, que quizás si valía la pena luchar por ese “algo” que te hacía feliz, que te complementaba, que te llenaba por dentro.
Por ese “algo” especial, por el cual en un punto de tu vida, sin pensarlo dos veces, pudiste llegar a darlo todo, sin arrepentirte en ningún segundo.
Es complicado , creo que es una lección de vida que nos toca vivir a todos , nadie se salva de salir lastimado en un punto de su existencia, si no la vida sería muy aburrida y absurda como para continuar viviéndola.
Es el dolor, la experiencia vivida, eso que te hace sentir vivo, que te hace crecer por dentro, que te hace replantearte cosas que quizás anteriormente jamás lo habías hecho.
Es ese punto sin retorno al cual uno mismo llega, toca fondo e intenta con todas sus fuezas salir a flote, ese último manotazo para coger aire y volver a respirar.
Toda mi vida viví engañado queriendo auto superarme, pensando que jamás saldría herido, engañando mis propios sentimientos y regocijándolos con un falso ego.
Ese “EGO” era mi caparazón, mi armadura..
Es mi peculiar forma de auto defensa para no salir herido.
Pero como dicen:
Hasta el más valiente caballero se puede asustar y perder una batalla.. La batalla de su vida y hasta llegar a perderla en la lucha.
Preferiría mil veces morir intentándolo antes de dejar todo por miedo.
Por no ser lo suficientemente fuerte.
Por no ser lo suficientemente valiente.
Por no jugármelas.